Hoy no he aguantado las ganas de llamarte, necesito
escuchar tu voz, contestas y no atino que decir; es tanta mi emoción, que evito
que las palabras salgan de mi boca. Vuelves a preguntar ¿quién es? Y yo solo
respiro aceleradamente en la bocina, pues la agitación que provocas en mi es
tal, que mi pecho late descontroladamente.
Tu, evidentemente molesto cuelgas, yo ahora mucho más tranquila, pienso
en las miles de cosas que hubiera deseado decirte y sobre todo en las miles de
cosas que habría deseado hacerte…
Eva Luna ...
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Gracias por dejar tu suspiro... para mi será un placer leerlo.