Te espero cuando la noche se haga día,
Suspiros de esperanzas ya perdidas. No creo que vengas, lo sé, Sé que no vendrás. Sé que la distancia te hiere, Se que las noches son más frías, Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti. Sé que el día de pronto se te hace noche: Sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices, Sé que soy un idiota al esperarte, Pues sé que no vendrás. Te espero cuando miremos al cielo de noche: Tú allá, yo aquí, añorando aquellos días En los que un beso marcó la despedida, Quizás por el resto de nuestras vidas. Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche, Y la luna oculta ese sol tan radiante, Me siento sólo, lo sé; Nunca supe de nada tanto en mi vida, Solo sé que me encuentro muy sólo, Y que no estoy allí. Mis disculpas por sentir así, Nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, Ni con sentirme así. Mi aire se acaba como agua en el desierto, Mi vida se acorta pues no te llevo dentro. Mi esperanza de vivir eres tú, Y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás… ¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti? Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí, Porque todas las noches me torturo pensando en ti. ¿Por qué no sólo me olvido de ti? ¿Por qué no vivo sólo así? ¿Por qué no solo…?
Sublime. No lo reconocí de primera entrada, pero sus líneas no se pierden nunca. Grande Benedetti. Buen texto amiga. Espero que pronto veas la llegada de ese amor. Un abrazo, nos seguimos leyendo!
He soñado contigo...
...He soñado contigo,sin saber que soñaba...
En la gran chimenea crepitaban las llamas,
la tarde se movía detras de la ventana.
Te he visto en mis sueños como un fantasma,
alto junco ceñido, al aire de mi alma.
Te he visto ennoblecido por estrellas lejanas,
turbado con la fiebre de mi propia nostalgia...
Autor Desconocido
¡¡¡Porque somos únicas y a veces, peligrosamente tentadoras!!!!
NO ES NADA DE TU CUERPO
No es nada de tu cuerpo, ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre, ni ese lugar secreto que los dos conocemos, fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro. No es tu boca —tu boca que es igual que tu sexo—, ni la reunión exacta de tus pechos, ni tu espalda dulcísima y suave, ni tu ombligo, en que bebo. Ni son tus muslos duros como el día, ni tus rodillas de marfil al fuego, ni tus pies diminutos y sangrantes, ni tu olor, ni tu pelo. No es tu mirada —¿qué es una mirada?— triste luz descarriada, paz sin dueño, ni el álbum de tu oído, ni tus voces, ni las ojeras que te deja el sueño. Ni es tu lengua de víbora tampoco, flecha de avispas en el aire ciego, ni la humedad caliente de tu asfixia que sostiene tu beso. No es nada de tu cuerpo, ni una brizna, ni un pétalo, ni una gota, ni un gramo, ni un momento:
Es sólo este lugar donde estuviste, estos mis brazos tercos.
Soy detallista...cariñosa...buena amiga...romántica... Amo los días de lluvia... los atardeceres, los apapachos...la poesía... la caballerosidad... la buena música... la libertad...
Veo que tu estas enamorada? Cuentame!
ResponderEliminarIvancito por supuesto que te contaré. Espero pronto encontrarte conectado. Besos.
ResponderEliminarSublime. No lo reconocí de primera entrada, pero sus líneas no se pierden nunca. Grande Benedetti. Buen texto amiga. Espero que pronto veas la llegada de ese amor. Un abrazo, nos seguimos leyendo!
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